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El rol de los recolectores domiciliaros en tiempos de Covid-19

  • Viernes 17 de abril de 2020
  • 17:23 hrs
  • Autor: Wendy Lucena
Ilustración: Angellel Torres Flores

Ilustración: Angellel Torres Flores

Hoy en Chile son al menos 16.000 mil los recolectores de residuos domiciliarios que desempeñan un trabajo fundamental, en la sanitización de las comunidades, ante la pandemia del Covid-19.

Cuando el reloj marca las 06.00 A.M, el despertador de Kevin Bravo (21) no para de sonar, anunciando que dará inicio una nueva jornada laboral. Tras alistarse, se despide de su familia y se reúne con su equipo de trabajo: Dos auxiliares y un chofer, para comenzar la recolección de residuos domiciliarios en Curicó.

Cada día, de lunes a sábado, Kevin y su equipo recorren al menos mil casas y recogen toneladas de basura. Hoy, en “tiempos de Coronavirus”, su trabajo ha cobrado mayor relevancia y es que si bien no son médicos, sin duda, integran “la primera línea” para mantener la sanidad en la comuna.

Los recolectores de residuos domiciliarios están entre los trabajadores más expuestos en esta pandemia, aunque suelen ser los menos recordados.

“Es una experiencia nueva y única. Muchas personas dicen que es un trabajo denigrante. En este trabajo no cualquiera estaría, tienen que tener una muy buena personalidad y actitud”, asegura Kevin.

Tal como él, Luis González (41) y Patricio Aravena (38), hacen lo propio en Constitución y Colbún, respectivamente.

“Yo estoy acostumbrado a trabajar de niño chicho, desde los 13 años que trabajo. Esta pega es más grande que todas las otras, porque cualquiera no la trabaja”, dice Patricio.

Los tres cumplen horario diurno y sus jornadas terminan entre las 13.00 horas y las 15.00 horas. Hay otros grupos que trabajan de noche, todo varía según la comuna.

“El día lunes siempre es más pesado, hay más trabajo que los otros días y en los feriados hay harta basura”, cuenta Luis.

Kevin - a la derecha- junto a su equipo de trabajo.

¿Qué ha cambiado con la Pandemia?

Hoy en Chile son al menos 16 mil los recolectores de residuos domiciliarios, según datos de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo. La mayoría dependen de empresas subcontratadas por las municipalidades.

La propagación del nuevo coronavirus Covid-19 ha significado que los trabajadores deban aumentar sus medidas de prevención y cuidado. Ya no solo se trata de cuidarse de un vidrio roto en una bolsa, sino también de evitar contraer el virus.

“Ando trabajado con mascarillas, guantes y alcohol gel, bien preventivo”, dice Luis.

Hasta ahora, los tres aseguran que han recibido guantes, mascarillas, cloro y jabón, de sus empleadores. La clave para ellos es el autocuidado, pero también esperan un accionar colaborativo de la ciudadanía.

“Yo me cuido, pero siento que la gente se descuida bastante, porque en ocasiones no es preocupada de echarle un poco de cloro (a la bolsa de basura)”, reflexiona Kevin.

Lo mismo piensa Patricio, que aunque reconoce que algunas personas en su comuna han tomado conciencia, no son la mayoría. “Hay bolsas que hemos retirado con olor a cloro. Nos cuidan, algunas personas que valoran la pega de nosotros”, dice.

Patricio -a la izquierda- junto a su equipo de trabajo.

El equipo de trabajo

Los recolectores también llamados “auxiliar” o “peoneta” trabajan generalmente con un mismo equipo integrado por tres personas quienes se encargan de recoger las bolsas y vaciar los tarros, además del chofer encargado de liderar el recorrido.

Los tres coinciden en que el trabajo en equipo y la buena relación entre ellos son fundamentales para este trabajo, y más en estos tiempos.

“Todos bien amables compartimos la experiencia que está pasando ahora. Uno en el trabajo tiene otra familia y por eso nos cuidamos los unos a los otros”,  enfatiza Luis.

Sus años de trabajo están llenos de anécdotas y diferentes experiencias en relación con cada comunidad en la que trabajan. No solo se trata de recoger basura, sino también de apoyar y contribuir en el cuidado de todos.

“Me ha tocado sacarle la basura a quienes son discapacitados o personas de edad, porque ya nos conocen, ellos a veces no pueden sacarla y uno tiene buena voluntad”, recuerda Patricio.

 

Luis -a la derecha- junto a su equipo de trabajo.

Los esperan en casa

Una vez terminada la jornada laboral, los recolectores del aseo deben regresar a sus casas, donde les esperan sus familias, para quienes también es un gran reto la prevención de la pandemia, debido a la preocupación que les genera el riesgo al que están expuestos los peonetas. 

“Hay que cuidarnos bien y estar protegidos para cuidar a la familia”, señala Luis quien vive junto a su señora y su hijo menor.

Si bien siempre han tenido cuidados de higiene, ahora es mayor. Cada uno se ha “reinventado” una rutina de limpieza personal antes de entrar a sus casas e incluso saludar a los suyos.

“Yo llego a la casa, me saco la ropa afuera y de ahí la dejo aparte para lavarla yo, que no tengan contacto con la de mi señora y la niña”, cuenta Patricio, quien también vive con su señora e hija menor.

La misma rutina de prevención sigue  Kevin, confiado en que la prevención lo libre del virus, “trato de lo menos posible estar en contacto con ellos hasta poder desinfectarme completamente”, comenta.

Y agrega: “Yo el mensaje que le daría a la comunidad es que sean más preocupados de nosotros, porque en nuestras casas nos están esperando nuestras familias: hijos, hermanos, mamás. Somos todos humanos y tenemos que cuidarnos entre todos”.

Kevin, Luis y Patricio vuelven cada tarde a sus hogares, tal como miles de maulinos que se mantienen en la “primera línea” para hacer frente a la pandemia.