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Las nuevas tecnologías y el futuro de la economía en Chile

  • Lunes 4 de marzo de 2024
  • 11:31 hrs

El país puede ganar competitividad global si sigue incorporando las herramientas tecnológicas más innovadoras.

El avance de la digitalización en Chile se ha convertido en uno de objetivos más ambiciosos por parte de la administración y las instituciones. Conscientes de la importancia que tiene para la economía nacional, la competitividad y el tejido empresarial, forma parte de proyectos ambiciosos como la Estrategia de Transformación Digital (Chile Digital 2025), en el que marcan las pautas de inversión, la supervisión de del desarrollo de transformación y las diversas metas (derechos digitales, gobernanza, …).

Según datos de 2023, la gran mayoría de las grandes empresas chilenas (un 93%) están muy avanzadas en este proceso, mientras que, en el caso de las Pymes, el porcentaje baja notablemente (un 63%). La necesidad de recursos financieros para esta transformación es la principal razón que esgrimen estas empresas, de reducido tamaño, como dificultad para conseguir dar el paso. Sin embargo, todas las partes son muy conscientes de las ventajas que implica la digitalización, tanto en materia de productividad, como para reducir costes y optimizar la organización.

Una evolución que no se detiene

La aparición de nuevas herramientas tecnológicas puede facilitar y acelerar este proceso, además de dotarlo de mayor valor añadido. Es el caso de la Inteligencia Artificial, un elemento a debate en el Congreso Futuro Chile 2024, donde se analizan sus desafíos y oportunidades. La capacidad de IA para automatizar procesos, analizar grandes cantidades de datos y aprender (Machine Learning) representa un recurso muy valioso para las empresas chilenas y el crecimiento económico nacional. Especialmente, dado que el país es de los más avanzados en materia de infraestructuras de comunicación en la región. Y, también, que estamos ante un mundo global, donde las compañías chilenas pueden competir a nivel internacional.   

Entre las cualidades de la Inteligencia Artificial, encontramos la posibilidad de reducir costes, así como destinar los recursos humanos a tareas de mayor valor organizacional (ya que esta herramienta puede ocuparse de aquellas más simples y repetitivas). También permite tomar decisiones basadas en datos, personalizar la experiencia para el usuario y reducir el error humano. El cliente puede ser el gran beneficiado de la incorporación de esta tecnología. Un casino online en Chile puede ofrecer contenido más personalizado para sus usuarios, basándose en el Big Data y el Machine Learning. Una empresa de logística podrá optimizar sus rutas y realizar un mejor seguimiento de sus productos. Una compañía de manufactura puede potenciar la robótica y reducir costes, por lo que ofrecerá precios más competitivos a sus clientes. Y la aplicación práctica podría continuar con muchos otros casos.    

El despliegue de la red 5G también es un elemento a tener en cuenta. Actualmente, la implantación continúa. Debemos tener en cuenta que no sólo se trata de conseguir una mayor velocidad en los datos para el celular. Esta nueva generación de comunicaciones permite una mayor conectividad, lo que implica incorporar dispositivos interconectados que antes actuaban de forma aislada. Esto se traduce en nuevas posibilidades para la industria, como sensores y medidores inteligentes en los procesos productivos, que mejoran la calidad, aportan eficiencia, reducen incidencias y dan una mayor capacidad de reacción y solución de problemas. También encontraremos aplicaciones en la agricultura, la seguridad, la sanidad, el medioambiente y otros tantos ejemplos.       

  

Afrontar los retos

Parece evidente el impacto que las nuevas tecnologías pueden tener en la economía chilena, ya que representa una oportunidad para la competitividad de las empresas nacionales en el panorama mundial y, por tanto, la creación de puestos de trabajo y de riqueza en el país. Pero, para conseguir este desarrollo será necesario afrontar algunos desafíos. En primer lugar, encontramos el marco regulatorio. Las leyes deberán contemplar las últimas innovaciones, como es el caso de la Inteligencia Artificial: todo un reto por sus características y su potencial de aplicación; aspectos como los derechos de autor o la responsabilidad penal en caso de su uso inadecuado deben tratarse de forma seria.

También es necesario centrarse en la seguridad y la privacidad de los datos personales, una de las variables que más preocupa a empresas y consumidores. Y la formación de profesionales, para adaptarse en este mundo tecnológico, también deberá ser una prioridad y una apuesta decidida. Por su parte, el estado tiene que dotar de facilidades para la digitalización, continuar la inversión en infraestructuras técnicas y actualizar la legislación; las ayudas para el crecimiento en I+D+i es otro de los recursos que pueden ser de gran ayuda para lograr el objetivo.